Sus primeros estudios los realiza tanto en la Escuela Nacional de Pintura y Escultura La Esmeralda como en la Academia de San Carlos para posteriormente cursar la carrera de dibujo en la Escuela Nacional Superior de Bellas Artes de París en donde vive de 1980 a 1991.

A la fecha Fernando García Correa ha trabajado durante más de 30 años concentrado sus esfuerzos en hacer avanzar las causas de la pintura abstracta. Durante los últimos veinte años, ha construido lenta pero tenazmente un cuerpo de obra que analiza y explora los terrenos de la pintura post-minimalista.

Para poder apreciar la importancia y calidad de su trabajo en el contexto artístico mexicano, es importante entender que la abstracción se ha desenvuelto en nuestro país de forma desigual. Su historia no es paralela a la Europea o a la Norteamericana, de hecho, la pintura abstracta era prácticamente inexistente antes de los años cincuenta, cuando algunos artistas europeos la importaron con el exilio, para después ser adoptada por una joven generación de artistas mexicanos como una forma de crítica y respuesta al muralismo así como un medio para superarlo, en los años setenta.

La abstracción de La Ruptura estaba más relacionada con la poética y la estética de la escuela de París que con la pintura abstracta de Nueva York, por lo que perdió el impulso que ésta genero al establecer las bases del minimalismo y su descendencia como uno de los cambios más importantes en el gusto y pensamiento estético de finales del siglo XX. El minimalismo nunca llegó a México y esto afectó de manera determinante y desafortunada el desarrollo de la pintura abstracta ya que, se puede argüir, la buena pintura abstracta de los últimos treinta años se ha desarrollado como una respuesta al minimalismo. El trabajo de Fernando García Correa ha tratado de llenar el vació entre la pintura abstracta mexicana y la más relevante pintura abstracta internacional.

A partir de 1986 Fernando García Correa ha realizado, 30 exposiciones individuales en México y el extranjero y ha participado en exposiciones colectivas en México, Colombia, Estados Unidos, Francia, España, Puerto Rico, Cuba, Suiza y Canadá.

Su trabajo, que se encuentra representado en colecciones públicas y privadas de México y el extranjero, ha recibido distinciones como el premio de adquisición de la XII Bienal Rufino Tamayo en 2006, la Beca de la Fundación Pollock – Krasner en 2010 y el Sistema Nacional de Creadores  en 2005, 2010 y 2015.